Creo
que no exagero si afirmo que es ésta una de las asignaturas que desde un
principio más sugerente me pareció de entre todas las que componen el máster de
la universidad Carlos III. Debo
empezar justificándome y decir que mi desconocimiento de la mayoría de
herramientas y utilidades que hoy día dan forma a la denominada web social es
casi total, probablemente motivado en gran parte por una especie de rechazo
casi ancestral a cualquier forma de comunicación que deje de lado la
interacción directa entre los seres humanos, y que sólo puede justificarse por mi
condición de nativo no digital. Éste, en mi opinión, puede ser considerado como
el principal inconveniente de este tipo de tecnologías; pero nada equiparable con
la magnitud de las ventajas que su masiva generalización está proporcionando. En
este sentido supone, incluso, un enriquecimiento de las posibilidades de
transmisión de la información.
Entiendo
la web social como todo un conjunto de tecnologías encaminadas a la
participación y a la colaboración entre comunidades virtuales que se
constituyen en base a una serie de criterios comunes de afinidad muy amplios y
variados. Con ellas se da paso a la denominada web 2.0, que supone una
evolución de gran impacto frente al paradigma clásico de la búsqueda y
recuperación de la información. El usuario ya no se limita exclusivamente a
leer, sino que ahora también escribe, de modo que la participación, la
colaboración y la compartición de recursos se convierten en factores esenciales
de comportamiento. Y es particularmente interesante su aplicación en el mundo
bibliotecario, donde la nueva biblioteca 2.0 ha de afrontar el reto de adaptar
y aprovechar al máximo todo este potencial para seguir satisfaciendo adecuadamente
las nuevas necesidades y expectativas generadas por los usuarios.
No
he sido, hasta el momento, demasiado prolífico en su utilización, probablemente
porque no he sentido la necesidad, ni personal ni profesional, de hacerme “visible”
a través de las redes sociales. Mi conocimiento de las mismas se basa en la simple
búsqueda de información, pero no en la participación. Consulto blogs, leo múltiples
tweets integrados en páginas web, obtengo información a través de diferentes
wikis,… pero siempre desde un punto de vista de mero observador o de buscador
de información. Aún no me he decidido a dar el paso de convertirme en usuario
activo y participante de las mismas. Estoy convencido que esta asignatura
marcará un antes y un después a este respecto.
Hola compañero inmigrante digital. Me alegra ver que a pesar de los inconvenientes, que los tiene, también eres capaz de apreciar las ventajas que suponen estas tecnologías, desde el punto de vista personal y, sobre todo, desde el punto de vista profesional. Si en la esencia de los profesionales está ofrecer información, ¿nos podemos permitir el lujo de no estar en los canales por las que hoy fluye esta información?
ResponderEliminarSi hasta ahora no has sentido la necesidad... no cuestiones más nada. Las tecnologías son meros instrumentos, si no las has necesitado... hay gente que no necesita coche, prefiere ir andando o en bici al trabajo, hay gente que no necesita un televisor de alta gama... cada uno satisface sus necesidades. Lo primero que debemos hacer como profesionales antes de meternos en este mundo es: para qué quiero twitter o Facebook, qué quiero lograr? En función de los objetivos, el instrumento. No sé si la asignatura marcará un antes y un después pero... tienes buena "pluma", felicidades.
Muy buenas reflexiones, Raúl, y muy sinceras. Como dice Tony, las tecnologías son meros instrumentos... ¿o no? Yo no lo tengo tan claro. Muchas veces finalidad e instrumento, objeto y sujeto, significante y significado se transmutan y es difícil diferenciar dónde termina uno y empieza otro. Dicho de otra forma, me temo que cuando le cojas el gustillo a estas herramientas empezarás a usarlas porque ellas se convertirán en un fin en sí mismas.
ResponderEliminarAh! El medio es el mensaje (McLuhan)... o era el medio es el masaje ;-)
ResponderEliminarEn los tiempos que corren yo hasta diría: el "miedo" es el mensaje. Gracias Tony y Néstor por vuestros comentarios.
ResponderEliminarJajaja, ya veo que te has animado (bienvenido por ello) y que ya ha surgido interacción. ¡Qué bueno! No creas que no comparto yo a veces ese "miedo" ante lo que puede hacer la tecnología. Pero, como le he dicho a Néstor (si no recuerdo mal), la tecnología está ahí. Efectivamente, es una herramienta, que hemos de usar cuando así lo consideramos.
ResponderEliminarY sí: como toda tecnología, tienes aspectos positivos, y tienes otros que no lo son tanto. Creo que, como profesionales de la información, debemos al menos conocerlas, en lo posible, para poder valorar en qué medida usarlas, o no, y cuándo hacerlo. Así que, solo por ello, creo que esta asignatura os va a merecer la pena. Creo que, frente al miedo ante lo desconocido, la mejor resistencia pasa por el conocimiento. Y si conseguimos que le veáis, además, un lado positivo (poco o mucho, eso ya es cuestión de cada uno), habrá merecido la pena el camino.
En cuanto a lo que dice Néstor: "¿una herramienta, un fin?" Ah, ¿el lado oscuro, como el anillo con Gollum?" Una interesante reflexión...