La nueva experiencia suponía dar un paso más; después de
habernos dado a conocer como usuarios individuales y haber conseguido
tropecientos amigos que desconocíamos que existían, lo siguiente suponía convertirse en algo así
como los administradores de una página web, o,
como se dice actualmente, en community managers, aunque eso sí, muy
pero que muy novatos (léase pardillos, al menos en mi caso) frente a los cada
vez más multitudinarios medios sociales.
Como ya disponía de perfiles individuales tanto en Facebook
como en Google+ no fue demasiado difícil conseguir crear una página dedicada a
ésta nuestra comunidad de usuarios de la web social o websoc13. Ambos medios
facilitan la creación de comunidades de manera sencilla y asistida.
La primera cuestión era aprender a conocer las diferencias
entre un perfil de usuario personal y una fanpage. Ambas opciones permiten la creación de
perfiles, tanto personales como comunitarios, aunque las posibilidades en el
caso de ser una institución o de tener como objetivo promocionar una marca o un
concepto son muy limitadas en el caso de optar por un perfil individual. Quizá
la ventaja más significativa es la posibilidad de ser indizados por los
buscadores y, por tanto, conseguir posicionamientos significativos en el caso
de que queramos dar a conocer masivamente nuestra empresa, marca, asociación, o
concepto. Si a ello sumamos las aplicaciones y medios expresamente diseñados
para la promoción de la página, o la posibilidad de acceder a estadísticas de
usuarios e interacciones que faciliten la reorientación de las estrategias a
seguir, es evidente que se trata de una opción más orientada a usos
profesionales que los perfiles de usuario.
Pero la creación de una página en los medios sociales supone
algo más que la inserción periódica de contenidos; los usuarios han de
adscribirse personalmente a la comunidad según la concordancia de sus gustos
personales o profesionales. Las posibilidades de crear audiencia son variadas,
ya que, en última instancia, el interés y la supervivencia de una página va a
depender, en gran medida, de la cantidad de usuarios que manifiesten su interés
en ella.
Así pues, conseguí crear sendas comunidades en Facebook y en
Google+. A partir de ahí había que conseguir conectar con el resto de usuarios
de la asignatura, de modo que había que darles a conocer mis recién creadas
comunidades y ofrecerles la posibilidad de sumarse a este “ambicioso” proyecto.
Para ello ambos medios importaron los contactos procedentes de mi perfil individual (gran ventaja, ya que si no
habría que haber introducido o buscado manualmente a los potenciales
interesados) y se encargaron de enviar invitaciones a cada uno de ellos. Ah! Y al
mismo tiempo he recibido múltiples invitaciones de parte de las distintas comunidades
creadas por el resto de compañeros a las que, por supuesto, me he ido
adhiriendo de manera inquebrantable y que me han servido para descubrir el
excelente nivel general que tienen el resto de pasajeros en este viaje por la
web social.
En esencia ambos medios sociales comparten idéntica
filosofía. Facebook ofrece bastantes más posibilidades de configuración que
Google+. Por ejemplo, es posible definir una serie de países en los que no
queramos hacer visible nuestra comunidad, o se puede autorizar a los usuarios
para etiquetar contenidos, o el bloqueo de determinados términos considerados
inapropiados, etc. De las opciones más destacadas es de resaltar la gran
cantidad de opciones disponibles para dar a conocer la página en cuestión. A
favor de Google+ se puede señalar la posibilidad de asignar categorías para
organizar la información y la de definir la página como pública o privada.
En mi
debe he de reconocer que no he conseguido enlazar la página de Facebook con
Google Analytics a pesar de que ésta última me facilitó un ID de seguimiento;
probablemente tenga relación con que Facebook sólo facilite estadísticas propias
cuando se alcanzan los 30 seguidores. Y tampoco la página de Google+, a pesar
de que se trata de un servicio del mismo buscador, quizá por tratarse de un
servicio restringido a los miembros de la comunidad.
Raúl, veo que el gusanillo se te va metiendo, así como sin darte cuenta... Estás perdido. Lo que comentas de Analytics me preocupa. Esta semana voy a mirarlo, a ver si lo consigo y comentamos.
ResponderEliminarSí, parece que no hay vuelta atrás. Aún así no dejo de preguntarme cosas en este momento en el que me encuentro. Hay una compañera que lo ha denominado "catarsis". En un próximo post tengo intención de hacer una valoración pausada de la transformación que está suponiendo todo este proceso para un novato total como yo en estas lides. Te invito a ti y al resto de compañeros a permanecer atentos al blog.
ResponderEliminarY sí, lo de Analytics me resulta también muy extraño, aunque no descarto que mi incompetencia al respecto se deba a la sobresaturación de medios y redes que estamos viviendo.
Muchas gracias por tu comentario, Nestor.
Muy buenos, tanto el post como la respuesta de Néstor, yo creo que ahora, al estar inmersos (y en parte forzados) por esta asignatura, se nos viene encima mucha información que no sabemos cómo gestionar, como bien decís, nosotros no nacimos con un móvil bajo el brazo, por lo que nos cuesta más asimilar todo esto, pero poco a poco lo vamos consiguiendo. Yo creo que una vez que acabe la asignatura, una vez pasado el estrés, podremos valorar, con más calma, lo que hemos aprendido, y también decidir si seguimos usando todos los SRS o sólo algunos (los que más nos convengan o nos gusten), y aplicar nuestros propios filtros a todo esto. Por el momento, no hay que desesperarse.
ResponderEliminarComo te dije, aún sigo por aquí…
ResponderEliminarEl tema de creación de comunidades creo que tiene una gran dificultad, no sólo técnicas, como las que comentas de creación de grupos, exportación/importación de contactos, o incluso incluir programas estadísticos. Para mi crear una comunidad se vuelve complicado cuando todos esos pasos ya se han realizado, el hecho de crear interés, de conseguir mantener un feedback, o hacer crecer a los miembros del grupo, aquí está realmente el reto, aunque esto no tenga nada que ver con nuestra habilidad tecnológica, sino más bien con nuestro espíritu emprendedor.